
Historias Reales que Demuestran que Cualquiera Puede Empezar en OCR Camp
Víctor.
"Siempre fui al gimnasio, pero nunca veía resultados. Por más que entrenaba, sentía que en vez de bajar, seguía subiendo. Era frustrante. Me esforzaba, pero todo era siempre lo mismo: máquinas, rutinas repetidas, cero motivación.
Cuando abrieron OCR Camp en San Miguel, no lo dudé. Siempre había querido probarlo, pero no tenía una sede cerca. Fue como una señal. Desde el primer día, el profe Gustavo me empujó a dar más de lo que creía posible. Me motivó a correr, a superar mis límites y a entrenar con un propósito real.
Hoy corro por cerros, compito, y paso todos los obstáculos que antes me parecían imposibles. En solo un año bajé lo que no pude en cinco años de gimnasio. Pero más allá del físico, lo que cambió fue mi mente. OCR me enseñó a no rendirme."
Melanie.
He tenido cambios...Desde lo físico, lo psicológico y los hábitos de vida, el cambio ha sido total.
Ingresé en octubre del 2023, con muy poco tiempo disponible. El primer día ni siquiera podía sostener mi propio cuerpo por dos segundos… hoy ya logro subir la trepa, ¡algo que jamás imaginé poder hacer!
He bajado 12 kilos, pero la diferencia visual parece de 30.
OCR me ha ayudado a volver a confiar en mí, a reencontrarme frente al espejo. Hago todo lo posible para no faltar a las clases, porque entendí que esto se trata de perseverancia, constancia… y de ir siempre por más."
Steffany.
"Antes de empezar a entrenar OCR me sentía estancada, con poca energía y desconectada de mí misma.
No me sentía fuerte, ni física ni mentalmente.
Un día me miré al espejo y supe que necesitaba un cambio real, uno que naciera desde dentro.
Decidí retarme, salir de mi zona de confort y apostarlo todo por mí. Antes fui deportista por lo que estaba buscando alguna disciplina donde estuviera acompañada.
OCR fue ese cambio: volvió mi disciplina, resistencia y confianza. Hoy me siento más viva, más fuerte y más orgullosa de lo que soy. No solo transformé mi cuerpo transformé mi mentalidad y mejoré mi rutina diaria.
Agrego que soy mamá de 2 niños pequeños por lo que ahora tengo dos brazos fuertes para cargarlos sin fatigarme 😅"
Sebastián.
"La verdad es que antes de entrar a OCR Camp, probé de todo. Pasé por al menos siete gimnasios: Pacific, Energy, Smart Fit, Sportlife, entre otros.
Nunca vi resultados reales. Iba un tiempo y luego dejaba de ir, porque la experiencia en el gimnasio se vuelve poco motivante, especialmente cuando uno entrena solo.
Desde que empecé en OCR Camp, no he faltado ni un solo día. Eso cambió completamente mi forma de ver el ejercicio: ahora es algo fundamental para mi energía mental, cosa que nunca me había pasado antes.
La diferencia está en la comunidad, en el ambiente, en que aquí uno se siente acompañado.
En los gimnasios, si no contratas a un personal trainer, básicamente estás solo. Acá no. Y eso ha hecho toda la diferencia.
No me molesta compartir mi historia. Obviamente da un poco de vergüenza mostrar mi cara y que todos vean el antes y el después, pero si puede servir para motivar a alguien más, démosle "
Nicole.
"Comencé a entrenar por mi salud mental, justo después de enterarme de que mi mamá tenía cáncer terminal.
Esa noticia me afectó profundamente, y además, después de tener a mi hija, no me sentía bien conmigo misma.
Me cansaba rápido al jugar con ella o al hacer cualquier actividad, y eso me frustraba. Intenté ir al gimnasio varias veces, pero no me gustaba el ambiente y nunca duraba más de un mes; sentía que estaba perdiendo el tiempo.
Un día descubrí el OCRCamp y todo cambió. Me encantaron los obstáculos, el entrenamiento al aire libre y, sobre todo, el grupo de personas.
No es solo ir a entrenar: se crean lazos, amistades y un ambiente donde te sientes acompañada y motivada. Eso fue lo que me hizo seguir constante.
En el primer año logré bajar 8 kilos de grasa y ganar masa muscular.
Ya en el segundo año, logré tonificar mi cuerpo y sentirme mucho más fuerte y activa. Hoy puedo disfrutar mejor con mi hija, me siento con más energía y, lo más importante.
OCRCamp me ayudó a salir de la depresión. Cada entrenamiento es como un reinicio para mi día, y eso no lo cambio por nada."
Carlos.
"Antes de llegar a OCR Camp, vivía uno de los momentos más oscuros de mi vida. Fui deportado violentamente el 30 de septiembre de 2022, tras haber pasado cuatro años fuera del país.
Tenía todo en regla, no había cometido ningún delito, pero aun así sufrí maltratos físicos, rompieron mi ropa y no me dejaron avisar a mi familia. Perdí todo: mi vida, mi pareja, mi perrita, y el futuro que había construido.
De vuelta en Chile, caí en una depresión profunda. Mi ánimo, mi cuerpo y mi salud mental se deterioraron. La ansiedad, los cambios de peso y una sensación constante de vacío me consumían. Y cuando mi perrito enfermó gravemente, toqué fondo.
Necesitaba un escape. Así encontré OCR Camp, por Instagram, en enero de 2023.
Fui a mi primera clase en febrero. Pesaba 122,8 kg y me sentía derrotado. Sin energía, sin conexión conmigo mismo. Pero ese día, le prometí a Alejandra, una coach, que volvería. Y así fue. Desde ese lunes, entrené con todo: lunes, miércoles (doble) y viernes. Hubo vómitos, ansiedad, dudas… pero no me detuve.
Hoy, mayo de 2025, puedo decir que me siento fuerte. Física y mentalmente. OCR se volvió parte de mi vida, incluso por sobre el taekwondo que también practicaba. Me reconstruí desde el abandono, el dolor y la pérdida. Volví a conocerme. Esta ha sido mi mayor victoria.
Gracias a OCR Camp, a los coaches y compañeros increíbles, logré transformar mi vida. Tanto, que este año retomé mis estudios con una convicción que creí perdida. Después de casi dos años entrenando, sé que todo lo aprendido también puede servir a otros. "
Héctor.
"Después de cuatro años sin hacer mucho deporte, pasé de 73 a 118 kilos.
Entre la pega y los estudios, comía mal, me sentía lento, y aunque traté de ir al gimnasio, nunca me motivaba. Todo me aburría, no veía cambios y simplemente lo dejaba.
Hasta que un día, mi polola vio una publicidad de OCR Camp Viña. Le dije: Vamos a probar?
Fuimos… y fue otra cosa.
Los profes enseñaban de verdad, los ejercicios eran dinámicos, y no era solo levantar pesas: ¡subíamos muros! Era entretenido, desafiante, y sentí que por fin había encontrado algo diferente. El apoyo de los coaches y compañeros es lo mejor.
Nos inscribimos al plan anual full y decidimos hacer un cambio de vida. Empezamos a ir a todas las clases a las 7 am.
Hoy me siento otro: ya no me duele la espalda, no se me recalientan las rodillas jugando a la pelota, y llego con ánimo a la pega.
Ahora hasta subimos cerros juntos con mi pareja.
No fue solo un cambio físico. Fue volver a sentirme bien conmigo mismo."